viernes, 25 de abril de 2008

Soy un rollo

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Sí, he tenido mucho que hacer, pero sobre todo me ha venido eso que me pasa a veces y me hace desaparecer de aquí, compuesto en parte de una fundamentada sensación de estar repitiendo las cosas.
Muchas veces, también como siempre, he pensado en cosas que venir a escribir, observaciones sobre pautas de comportamiento, mecanismos, relflexiones, detalles no siempre negativos... Que los que más fuertes de carácter parecen son los que siempre dicen "eso es muy difícil", y de ahí a la falta de responsabilidad sobre uno mismo... a lo que me molesta de los demás y lo que parece que quiero lucir de mí.
Me repito, y me empalago, pero sigo quitándome, y hay que encontrar de qué.
No tiene mérito ser encantador, es sólo un mecanismo para sentirme querido, sólo es una reacción tendente a cubrir una carencia. Soy conciliador y prudente por cobarde, amable por inseguro, tranquilo por vago, sincero por desmemoriado. Exijo exactitud en lo que a mí no me cuesta, y desprecio a quien no haga el trabajo que yo me he visto obligado a hacer, como todo el mundo. Todos los papanatas que han currado dos días sienten su derecho a no hacerlo más en la vida, a todos los viejos nos jode que los jóvenes lo tengan más fácil de lo que lo tuvimos nosotros, exigimos en quien sea no ser los únicos en sufrir, y siempre en un sentido o en otro, comparamos desde cualquier ángulo o moral, al tiempo que seguimos buscando cómo sufrir más.
Los que me conocéis sabéis que soy temperado y discreto, incluso buena persona, y todas esas cosas de antes, por unos u otros motivos. Y algunos hasta me habéis dicho ya alguna vez que lo importante es el resultado, o la trayectoria, o la meta... lo que sea, es lo mismo, nos entendemos. Pero sin ser especialmente hipócrita el resto del día, sin ser, en serio, una persona particularmente despreciable, vil o abyecta... sólo es una cuestión de umbral, de tolerancia, de calibre. Estar está siempre ahí; cuánto de todo lo asqueroso puede haber en la mejor de las intenciones, cuán sinceros podemos ser en nuestra más amable y bienintencionada honradez al decir estupideces merecedoras de linchamiento. Y si siempre me ha parecido que ciertamente es la pereza la madre de todos los vicios, cómo que quema en la retina ver a ratos tan claro que la frustración, hija del deseo, puede pudrir fácil y sutilmente todas las intenciones. Por ejemplo.

Y no penséis que no estoy contento, o que me siento mal o tengo el día triste ni nada del estilo. Simplemente, ¿tantas ganas tengo de quitarme, de hacerlo tanto y de tantas cosas? ¿No será suficiente acaso con aprender a cerrar la boca?

martes, 22 de abril de 2008

Cita de Buda

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"Considero la posición de reyes y gobernantes como motas de polvo. Observo los tesoros de oro y gemas preciosas como ladrillos y piedras. Las túnicas de la seda más fina y más ricamente decoradas se me asemejan trapos viejos. Considero la infinita cantidad de mundos y estrellas como un pequeño racimo de uvas, y el lago más grande de toda la India como una pequeña gota de aceite en mi pie.

Los saberes y enseñanzas de este mundo se me asemejan trucos de ilusionistas. Percibo la más alta concepción de la emancipación como un dorado brocado en un sueño, y veo el camino sagrado de los iluminados como flores que aparecen en mis ojos.

Veo la meditación como el pilar de una montaña, el nirvana como la pesadilla durante el día. Miro a los juicios de bien o mal como el baile serpenteante de un dragón, y la aceptación y caída de creencias como restos dejados por las cuatro estaciones."


(Shakyamuni)