lunes, 24 de septiembre de 2007

Fuera de lugar

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-A ver, cuida dónde pisas, no jodamos los brotes -digo a la encantadora chica que ha decidido hacerme de guía dentro de sus posibilidades. Básicamente lo que hace es compañía.

-Si cuidado tengo, pero no sé que pijo hay aquí plantado. ¿Qué hojas tengo que respetar, las del lomo del caballón o las de abajo? -me dice, concentrada. Cuando veo que los caballones forman cuadrícula, ya no sé qué contestarle.

Un chico con cara de muchos años que hay acuclillado en un cornijal nos dice, señalando imprecisamente con el dedo:
-Ahí, pisa ahí, sin girar al pie, no te preocupes mucho.- Parece conocer a mi compañera, que es vecina. Aunque no de nacimiento, justo al revés que yo-. Ustedes queréis salir por el lado de allá, ¿no?

-Pues sí.

-Oye, pues ya que vas para allá, como pasáis por delante del cementerio, llévate estas flores para mi padre, que cayó...

-Sí, ya, que se cayó y se torció un pie y está tomando el fresco en la calle del cementerio esperando ver llegar al primo del ramo para descojonarse, ya me lo sé, que hoy llevo una camisa por esos azares del destino y soy castellano, pero no payo. Y no me vendas motos, anda.

-Bueno, pues motos motos no sé, pero te veo a pie. Qué majo el tío, ¿de ánde lo has sacao? -dice a mi compañera que mira callada, contento y agradecido por tener conversación en lugar tan perdido y silencioso.

-Nos ha jodío mayo, por tu bancal quisieras que fuese con dos carros. Por ahí aparcado tengo el coche. A decir verdad, aunque no es que me quede mucho combustible, el problema viene siendo -los dos se sonríen sin malicia- que no encuentro la salida de la ciudad.




Lo cierto era que, al llegar conduciendo al extrarradio, me había despistado mirando las vallas publicitarias. No suelo fijarme en esas cosas, pero al ver lo inusual del soporte, no pude evitarlo. Los anuncios se lucían impresos a todo color en prendas gigantes que colgaban de enormes tendederos. Alguien había aprovechado esa tendencia a mirar la ropa tendida que alguien ha de tener, y yo me perdí mi salida. O eso creo, porque no llegué a verla.

Pudo tener mucho que ver la falta de sueño que arrastraba de la noche anterior. Una mierda de fiesta de cumpleaños, con lo claro que tengo a estas alturas cuándo he de ir y cuándo no a una fiesta como invitado por compromiso. Había gente no demasiado asesinable entre tanto estirado soplapollas, no así los que iban trompiconeando y salpicando cocacola con lo que fuera en mis zapatos con cursi desconsideración. Así que decidí largarme, mientras buscaba agachado ante el zapatero un trapo o algo parecido con que limpiarme los salpicones. No encontrándolo, me pareció bien preguntar uno que pasaba a mi lado, que me pareció iba suficientemente confiado por el pasillo como para ser familiar o habitual de la casa. No parecía entender gran cosa, y empezó a dejar de parecerme bien.
-¡Para los ZA-PA-TOS! -le decía, borracho, a su sonrisa imbécil-. Rag , clóz, ¡FOR DE CHÚS!
Y mientras me levantaba, dispuesto a irme con los zapatos como estuvieran si no había cortinas de camino a la puerta, el tipejo se puso a llamar a otros, diría que por haber malinterpretado mi postura y mis palabras. El pobre idiota, que resultaba ser Keith Richards, lo mismo había creído que le estaba suplicando una versión de Blue Suede Shoes o a saber.
Y resultó que estaban ya deseando que alguien les pidiera tocar, porque no les hacían ni puto caso en la fiesta, tocar aunque fuese en plan desenchufado, en plan ya ha llegado un cretino con guitarra, demasiado bueno era. Y bueno, un grupete en directo era más de lo que esperaba de aquélla noche, aunque fueran los Rolling. Incluso me ofrecí para la batería, que por ahí tenía la portátil, la de viaje. Y no era por mí, pero mis platillos no eran de una pulgada de grosor ni de ochocientos dólares (trescientos noventa y pico pounds).
Se hicieron una mierda de Jumpin' Jack Flash que sonaba como el culo, pero lo pasé bien, gritándoles junto a una chica que tenía al lado que si se sabían "Quiero ser millonario", de los Ilegales. Pero hubo que irse y el alojamiento era compartido y por cosas que seguramente no vienen al caso no pude dormir casi nada, así que finalmente y al menos con el calzado limpio, me fui de allí al amanecer.

viernes, 21 de septiembre de 2007

Carné de gurú

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-Buenas niño, ¿cómo andas?
-Con los pies, manteniendo la cabeza en la parte de arriba, y apoyandome alternativamente en los dos pies, y hacia adelante... Me noto raro y descuadrado por el par de semanas que llevo sin taiji.
-Entonces todo bien, yo llevo dando trompicones toda la mañana.
-¿Y eso?
-Estoy un poco nerviosa. No quiero hablar de ello para no perder gas, pero vamos así en breve, hoy voy al abogado para lo del divorcio. Salí perdiendo demasiado.
-Debe de estar muy resentido; le privaste del lujo de tenerte. Sobre todo si es de los que creen como es habitual que se puede "tener" a alguien. No escuches el ruido de su cabeza, eso es cosa suya y para él, tú vas a hacer un trámite y lo que oigas , como si oyes una maquina de tabaco: "Su ataque debido a mi frustración personal, gracias"
-Mejor respiro y saco la fiera...
-¡¡No escuches tampoco de más el ruido de tu propia cabeza!! ¿Ahora qué tienes a la izquierda?
-Un libro, una taza y una muñeca de Alicia, tabaco...
-Aha, ¿y a la derecha?
-Un pendrive, un mechero...
-¿Y estás sentada en...?
-La mesa del salón
-Pues yo te veo estupenda, no veo nada al acecho, estás sana y cómoda... ¿Tienes demasiado calor, hambre, dolor físico..?
-Qué va, la tripa un poco revuelta y me tiembla el pecho por dentro.
-Eso es ansiedad y es de la cabeza, aprende a respirar, de momento observando. Sin prisa alguna por hacerlo, como si se te ovidase. Es lo bueno de que sea semirefleja.
-Cuando respiro profundo parezco una locomotora.
-Y soltar despacio, acompañando como en un paseo sin prisa ninguna. Mejor cuando termines de fumar.
-Mejor mejor, he tosido mogollón.
-Fumar relaja porque da la sensacion de control de la respiración, y hay mucha gente que es el único momento en que lo hace. De hecho, fumar deprisa estresa más.
-Cuando dejo de fumar me quita el mono respirar como si estuviera fumando.
-Claro, es la mitad de la adicción.
-A veces lo que hago es ponerme una mano en el pecho, y otra en la boca del estómago y respirar con el bajo vientre.
-Eso es cojonudo para el hipo. Si hicieses esos ejercicios y otros que van despues, fumarías muuucho menos.
-Sí, estaría bien. Quiero dejar de fumar.
-Pues lo primero, nada de prisa. Ve practicando, pero sin pensar en fechas. Y en nada, si puede ser. Eso es dificil, nada es NADA.
-Bueno, a mí se me da bien pensar en nada.
-Eso habría que verlo, no me lo creo... Pues niña, te veo preciosa y relajada. Eso de por sí ya es estar preparada
-Gracias
-Para lo que sea. No sientas tu fuerza como una cosa sólida contra la que se estrellan las olas.
-¿No? Pero eso sería bueno, ¿no?
-No, sería lucha, no fluidez. Es más fuerte la ola.
-Es cierto, be wave.
-Claro, biguáter, máfrén. Y la ola se levanta sólo al final, un momento, pero lleva mucho viaje sin agitarse. Si eres fluida, los golpes te resbalan, te traspasan, y ahí quedas tú, tranquila y sin enfadarte. Recuerda la Letanía Contra el Miedo... Si acaso asómate a algo de compasión si la ves, pero sin quedártela.
-Me parece muy buen plan, yo no quiero hacerle daño.
-Cuando hay silencio, todo es música, lo mismo un coche que un pájaro. Silencio en tu cabeza, quiero decir. En ESO piensan los gatos cuando se ponen en pose de esfinge: en nada. Y pocas veces se equivocan al calcular un salto.
-Tomo nota.
-Pues me voy a trabajar, un abrazo fuerte.
-Oye, eres bueno, deberías meterte a gurú, mejor que hacer eso que haces.
-¡NO tomes nota! ¡Qué afán de acumular! ¡Quema el papel! Y no me digas tanto lo de gurú a ver si me lo voy a acabar creyendo.
-Muchas gracias, niño, estoy mucho mejor.
-Gracias a tí.


Desde luego me llenaría más dedicarme a quitar ansiedades a la gente, si fuera posible, pero leo esto y me suena a librejo de autoayuda, a artículo de la revista Saber Vivir o suplemento dominical para mujeres idiotas, con patrocinio de herbolario con franquicias. Me suena a pose de iluminado para ligar. Me aterra que cuando te hablo de estas cosas creas que apoyo la homeopatía, o que tomo leche de soja por religión en lugar de por los mocos que me produce la lactosa.
No, no es tan horrible. Simplemente he de recordar que si no trabajo para mí poco voy a servir a nadie. Y se me acumula la tarea, adelante pues.

miércoles, 19 de septiembre de 2007

Calma

El vacío sigue ahí, pero ahora es algo conquistado. No hay inquietud, ansiedad ni dudas en la nueva ausencia de necesidad.
Cuando uno confunde necesidad con carencia puede inclinarse a intentar llenar compulsivamente un hueco, cuando simplemente alivia un poco cada nueva dosis de lo que sea en el preciso momento en que se consume. Pero no se tapa el agujero, la necesidad. El arreglo es eliminar el agujero, restablecer la perfección del plano.
Aún queda mucho, queda todo; cuántos valores tomados como parte de mi identidad son sólo parches copiados de fuera. Cuánto de ese caudal de información agobiante es de manufactura propia, cuánto trabajo mal enfocado... y sin embargo, necesario.
"No puedes conseguirlo poniéndote a pensar, pero no puedes buscarlo sin ponerte a pensar".