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Un día me encuentro con que me enfado, y me paro y me doy cuenta de que ha sido conmigo porque me he vuelto a sorprender con una esperanza.
La frustración es algo peligroso, y no hace falta engañarse con ilusiones para vivir y disfrutar y divertirse y gozar. De hecho así se hace, no sólo se persigue.
Hoy me regodeo a ratos porque tengo una cita, pero lo hago en el momento, no sobre lo que pueda pasar cuando llegue. Juego con mi sensación, con lo que hay en mi cabeza, no lo hago depender todo de lo que pueda pasar en el futuro. Después de todo, mi cabeza existe y el futuro no. Y así no vuelvo a presionar a nadie para que me dé lo que espero. Aunque... un poco sí, si sé que le gusta.
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6 comentarios:
Sería interesante saber a que se debe ese enfado por esperanzarse.
Te debo una llamada, este finde he estado un poco liada, y ahora me voy de viaje. Tempranera, yo. A ver si hablamos pronto y te deseo lo mejorcito, en citas y en enfados (que también los hay que se disfrutan, aunque sea un poquito) voz a voz, como a mí me gusta.
Un beso grande y no dejes que se escape mucho humo de tus orejas.
¿Cómo se hace para vivir sin mirar sin parar al futuro? Yo quiero aprender y dejar de sufrir por lo que no llega.
Si descubres el truco cuentamelo.
Llamame que tengo una botella de vino que quiero que pruebes.
Anónimo:
A mí me resultaría interesante saber hasta qué punto puedo presionar sin romper nada... y me temo que hay pocas formas de saberlo ^^
María; quedo a la espera con el tf cargado.
Antraxia, creo que hubo un momento para eso.
A las tres:
Vale.
Me siento así...
Quiero salir corriendo, no quiero que me sorprenda una ilusión, no quiero tropezar con la esperanza
Saludos me gustó lo que leí
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