martes, 16 de agosto de 2011

Sobre el método científico y mi trabajo

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Cuando un conquistador, un extraño en tierras lejanas, aparece ante indígenas que vivien el en el neolítico, y les enseña armas de fuego, estos se fascinan ante algo tan poderoso e incomprendido.

Alguien puede entonces esplicarles que es una máquina y cómo funciona. Lo cual daría lugar al fin del misterio, y daría lugar a que las mentes de los salvajes quedasen libres para desarrollar por su cuenta ideas sobre su uso. Habría que ver el impacto subsiguiente sobre su cultura y su sistema de vida, tan alejado de la creación de armas de fuego.

Otra opción común sería la de no desvelar su naturaleza maquinal. Mantener el misterio, lo que mantendrá su manejo limitado a los invasores y tal vez a algunos iniciados, y dotará al arma de otra magnitud, la mística, mucho más potente.

Ve a decir a alguno de los adoradores del dios del trueno, una vez asentado un culto, que ese tipo no es un dios. La prueba de que lo es será el poder de su báculo de fuego. Y es un arma real, luego debe ser un dios. Pero es que una cosa no implica la otra. Al uso de argumentos de este tipo se le llama falacia.

Otro caso.
Un tipo, hace mucho tiempo, produce más mosto del que puede consumir o vender y se le estropea. O, más probablemente, tiene poco grano y le llueve en el recipiente, mojando el grano, que fermenta con el calor. Pero no se puede desperdiciar el alimento, y se prueba, algo de hambre quitará. Es igual, que especulen los antropólogos.
El caso es que a ese hombre muy posiblemente le da por pensar que ese accidental descubrimiento es un regalo divino o similar. ¿Cómo ocurre tan sorprendente transformación de los dones de la tierra? Los espíritus, algo que no puedo ver. ¿La prueba? Ahí está la cerveza. Algo falla, verdad? ¿Prueba un resultado válido que cualquier idea sobre su causa sea cierta? Obviamente no.


Una conclusión puede ser válida, mientras que el razonamiento en sí mismo puede no serlo.
Una herramienta puede ser muy útil, pero su precio desorbitado, y la explicacion de su naturaleza pueden ser tramposos.
(y si el asunto ocurre en luna llena, tendremos (http://es.wikipedia.org/wiki/Cum_hoc,_ergo_propter_hoc) que la receta de la bebida fermentada incluirá la luna llena, hasta que a alguien se le ocurra AISLAR los elementos del asunto, y descubra qué ingredientes funcionan y cuáles no)

Por último, cortapego de la Wikipedia:

"El propósito de las medias verdades o verdades a medias es hacer parecer algo que solo es una creencia como un conocimiento o verdad absoluta. De acuerdo con la teoría de conocimiento de creencia de verdad justificada o teoría de la justificación, para saber si una determinada proposición es verdadera, uno debe no solo creer en la verdadera e importante proposición sino también debe tener una buena razón o argumentos para hacerlo. Una verdad a medias embauca al receptor presentando algo que es creíble y usando esos aspectos de la idea que pueden ser demostrados verdaderos como buena razón para creer que la idea o declaración entera es verdadera. Una persona engañada por una verdad a medias podrá considerar la proposición o declaración como una verdad absoluta y actuar en consecuencia."

Sacado de aquí. Estas cosas se deberían enseñar en el colegio.

¿Y todo esto a qué viene? Pues a lo siguiente. Imaginemos un último ejemplo. Que la meditación es una ejercicio excelente (aquí algo sobre el famoso estudio de Sarah Lazar), es algo que ya se sabía y ahora más. Una reconexión con la realidad, una recimentación para la inteligencia emocional, un tubo de Wynn's para el cerebro. Nadie duda de su utilidad. Que esta sea vista como una conexión con algún dios o con algún sistema espiritual es cosa de religión y no me meto ahí, aunque sea por no discutir. Son interpretaciones de una sensación en base a lo aprendido, allá cada uno.

Sí diría al menos que es una lástima, un desperdicio, meditar buscando algo preconcebido.

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